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Me he equivocado. La estrategia de inversión en valor con la que he estado invirtiendo durante los últimos cinco años no ha dado los resultados que esperaba. Empecé en el Value Investing y la inversión a largo plazo siguiendo las enseñanzas de Warren Buffett, el hombre más rico del mundo, cautivado por sus rentabilidades y la magia del interés compuesto (“El interés compuesto es la fuerza más poderosa del universo” según Einstein), capaz de transformar 10.000€ en casi 1,5 millones en 30 años. Es decir, con los ahorros que podríamos tener cualquiera de nosotros en la cuenta corriente podríamos tener una jubilación o un futuro muy cómodo. Las ideas tenían sentido, comprar buenas empresas cotizando a precios de descuento, batear solo las bolas ganadoras, evitar la deuda como si se tratase de un pecado capital, buscar negocios a pruebas de tormentas y tempestades, estoicismo como forma de vida, y ser paciente para esperar a que los resultados lleguen.

Durante estos cinco años he estado ejecutando la estrategia que sugiere Joel Greenblatt, inversor inteligente, brillante y con una rentabilidad excepcional. Nos propone una estrategia cuantitativa con la que mejorar los resultados de Warren Buffett. La idea es que a partir de unos simples ratios financieros (PER y ROIC) podemos encontrar empresas baratas y de calidad. La rentabilidad pasada teórica es… ¡del 30%! Hay que ser idiota para no hacerle caso, con 10.000€ ahora conseguiríamos 26 millones de euros. El propio inversor nos avisa de que esta estrategia puede fallar durante muchos años y que tendremos que ser pacientes porque cuando todo el mundo pierda la fe en la estrategia sería cuando los mejores resultados llegarían. Parece inspirado en el poema de Rudyard Kipling “Si” cuando dice “Si puedes seguir creyendo en ti mismo cuando todos dudan de ti, pero también toleras que tengan dudas. Si puedes esperar y no cansarte de la espera”.

Estos cinco últimos años también he estado estudiando en paralelo a otros inversores, otras estrategias, otras ideas. Quiero que mi principal fuente de ingresos sea la rentabilidad de mis ahorros y no las comisiones cobradas por asesorar el fondo, así que lo miro todo, con escepticismo, nuestros ahorros están en juego y quiero las mejores inversiones sin importarme lo que puedan pensar otros, o lo que yo pueda haber pensado en el pasado. Solo me ocupo del presente y del futuro, el pasado está para aprender y nada más. Bitcoins, gestión pasiva o empresas de crecimiento (o Growth) han dado buenas rentabilidades durante los últimos años. El problema es que para mis ahorros quiero ideas que hayan demostrado su validez durante un período largo de tiempo. El efecto Lindy sugiere que la esperanza de vida de una idea es similar al número de años que ya ha sobrevivido. El ser humano tiene una memoria cortoplacista y suele olvidar aquello que ha pasado al cabo de los años. Me gusta leer sobre el pasado, como nos hemos comportado y tratar de extrapolarlo al presente. Acabo de terminar “The promises men live by” un tratado de economía monetaria escrito en 1938 con el que entender las consecuencias económicas de la Gran Guerra, contextualizar la crisis del 29, y ver como no aprendimos de nuestros errores tras la Segunda Guerra Mundial. Algunas cosas han cambiado desde entonces, quizás no tantas como pensamos.

El bitcoin se creó en 2009 pero la idea detrás es muy antigua, es teoría monetaria pura y dura. En Venecia los banqueros creaban su moneda respaldada por oro para garantizar su valor, los pueblos griegos acuñaban su propia moneda con una marca como garantía de su calidad y por tanto valor, distintos gobiernos han creado monedas respaldadas en oro y plata. El momento actual es complicado, los euros y dólares cada vez valen menos por la falta de disciplina de los bancos centrales, el envilecimiento de la moneda es una práctica antigua. El final siempre es igual, el colapso de las monedas adulteradas e inflación. La pregunta es ¿los bitcoins son la solución? No estoy seguro y no sé cuánto valen así que no invierto. En cualquier caso, el comentario general es que invertimos en bitcoins y otras criptomonedas porque han subido mucho de precio y nosotros también nos queremos subir al carro. De algún modo me viene a la mente el dicho que dice algo así como que si hasta el taxista está invirtiendo en bolsa es el momento de vender. En futuras cartas profundizaré más en este tema, pero yo no invierto en bitcoins (DISCLAIMER: tengo una posición de 200€ en bitcoins que compré hace años por ver cómo funcionaba todo el proceso, también miné bitcoins sin éxito, que no sea por falta de curiosidad).

La gestión pasiva es otro tema muy controvertido. John Bogle, el precursor de la gestión pasiva y fundador de Vanguard, principal gestora de fondos indexados es autor de “Common Sense on Mutual Funds”, lectura recomendada para los interesados en invertir sus propios ahorros o los de otros. El autor sugiere que la gestión pasiva es una solución a los malos resultados de la gestión activa, normalmente lastrados por las altas comisiones de gestión. Es decir, la gestión activa falla por las altas comisiones y así propone que la gestión pasiva consigue resultados mejores por las menores comisiones. No le falta razón, en el sector de la gestión de capitales se ha ganado mucho dinero, como en otros muchos sectores, lo que ha atraído a demasiada gente quizás que no aportan valor a los clientes. Quién sabe, quizás yo sea uno de ellos. En mi opinión, lo que Bogle obvia o no da suficiente importancia, es que para que la gestión pasiva funcione tiene que haber inversores que participen y valoren activamente las empresas. Dicho de algún modo, la gestión pasiva propone hacer lo que hace todo el mundo o como dice el dicho popular ¿dónde va la gente? dónde va Vicente. Si Vicente se dirige a buen puerto, perfecto, pero ¿y si no? ¿y si solamente estamos siguiendo a la masa sin saber dónde vamos solamente porque todo el mundo lo hace? Creo que la solución pasa por la coexistencia entre fondos de gestión pasiva low-cost y fondos de gestión activa que analicen las empresas y se cobre por ello comisiones más ajustadas y vinculadas a los resultados.

Por otro lado, las empresas de crecimiento (Growth) representadas por las FANG (Facebook, Amazon, Netflix y Google) me recuerda demasiado a las Nifty Fifty, cuando se pensaba que empresas como Coca Cola, McDonald’s o IBM eran negocios increíbles y nunca dejarían de crecer por lo que no importaba el precio que pagásemos por ellas, siempre ganaríamos. A pesar de ser negocios excepcionales y los buenos resultados empresariales, el valor de estas acciones en bolsa colapsó y su rentabilidad fue negativa durante demasiados años por invertir sin tener en cuenta el precio que se pagaba por estos negocios.

Volviendo a nuestras inversiones, he seguido a rajatabla la estrategia que definí en 2016 y los resultados han sido que, a grandes rasgos, en los últimos cinco años la rentabilidad es próxima a cero. Lo peor es que la gestión pasiva ha batido por bastante los resultados. Lo bueno es que hemos aguantado dos crisis (Brexit y COVID) y que no hemos perdido. Han sido tiempos difíciles con mucha volatilidad. A nivel personal me ha costado alguna noche en vela. No es una sensación nueva, como trader ya la conozco, lo importante es que, si el trabajo de base está bien hecho, los resultados llegarán, es cuestión de seguir trabajando.

Los últimos cinco años han servido para acumular experiencia y mucho análisis. He utilizado todo el conocimiento adquirido con el Programa CFA y Máster en Inversión en Valor para revisar y analizar empresas. He creado una base de datos de más de 1.500 empresas revisadas, y he analizado y valorado más de 50 empresas.

Tenemos en cartera las 30 empresas que, a mi criterio, ofrecen mayor potencial de revalorización. Son 30 empresas que llevan ganando dinero muchos años, con modelos de negocio que espero duren muchos años por sus ventajas competitivas, con gestores que tienen su dinero invertido en los negocios por lo que espero que den lo mejor de sí mismos. Son empresa que aportan un valor a la sociedad, aunque no siempre seamos conscientes de ello. Tengo plena convicción en estas empresas de tal forma que, aun sabiendo que las compro con un descuento y margen de seguridad importante, si cae el precio de cotización de cualquiera de ellas, compraré más acciones sin dudarlo, que no sin pensarlo.

Os quiero hablar brevemente de cada una de ellas:

  • Arcelor Mittal: La mayor acerera del mundo obtiene altos beneficios durante la parte alta del ciclo económico y aprovecha las crisis para crecer comprando a sus competidores. Su producto, el acero, es fundamental para el desarrollo económico.
  • Bpost: Empresa de correos belga, posee una red de oficinas que abarata el coste del reparto de la última milla frente a sus competidores.
  • Exmar: La empresa es propietaria y opera buques que transportan gas natural y licuado, fuente energía considerada más sostenible que el petróleo.
  • Semapa: Propietaria de bosques sostenibles certificados y principal accionista de Navigator, fabricante de papel y productos derivados.
  • Neinor Homes: Promotora inmobiliaria en las principales regiones españolas ha adquirido recientemente suelos con un importante descuento.
  • Euronav: La principal operadora independiente de buques petroleros ha estado comprando petroleros a sus competidores durante la última crisis para rentabilizarlos durante el próximo auge económico, como ya hizo anteriormente.
  • Compagnie Du Mont Blanc: Operadora de las instalaciones deportivas del macizo del Mont Blanc cuenta con un activo único, la montaña más alta de Europa, que siempre será un atractivo turístico.
  • IAG: El principal grupo de aerolíneas del Atlántico (British Airways e Iberia) debería recuperar los beneficios «normales» tras la crisis del COVID al haber desaparecido gran parte de la competencia.
  • Vopak: La empresa tiene silos para almacenar materias primas en puertos.
  • Eutelsat: La tercera mayor operadora de satélites obtiene beneficios de forma regular en un sector donde hace falta un conocimiento técnico poco habitual.
  • Hugo Boss: La empresa de moda posee una marca de lujo que es un referente en todo el mundo desde hace más de 50 años, lo cual no es fácil de replicar.
  • SES: Principal operadora de satélites en alta y media órbita ofrece una alternativa fiable a aquellos lugares donde la fibra óptica no puede llegar.
  • Michelin: Fabricante de neumáticos ofrece una garantía de calidad en un componente de seguridad fundamental del automóvil y motocicleta por un coste marginal residual.
  • BIC: Mayor fabricante de mecheros, y segundo de bolígrafos y cuchillas de afeitar en el mundo, conoce y gana dinero en un negocio en el que lleva más de 70 años.
  • Freni Brembo: Principal fabricante de frenos de competición y alta gama para automóviles y motocicletas. Son los frenos que monta Ferrari y Lamborghini.
  • Plastiques du Val de Loire: Fabricante de componentes plásticos para el automóvil tiene relaciones comerciales con las principales empresas de automoción desde hace años por lo que obtiene beneficios regulares.
  • BMW: Fabricante de automóviles de alta gama tiene una marca que es garantía de calidad desde hace más de 100 años. La empresa se está adaptando a las nuevas tendencias como lo ha hecho siempre.
  • Faes Farma: La empresa posee la patente de un antihistamínico muy popular por no provocar somnolencia.
  • Miquel y Costas: Fabricante de papel para tabaco sigue creciendo en ingresos y beneficios a pesar de las campañas antitabaco.
  • Elecnor: Promotora de infraestructuras eléctricas desde 1958 opera de forma rentable en un sector que es y será necesario.
  • Schaeffler: Fabricante de componentes para automóviles y principal accionista del fabricante de neumáticos Continental. El sector es cíclico y debería recuperarse en los próximos años.
  • Bonduelle: Procesador de vegetales en todo el mundo creada hace 150 conoce el negocio y obtiene beneficios regulares incluso durante las crisis por el bajo peso que supone su producto en la cesta del consumidor.
  • Bet-at-home: Empresa de juego online ofrece servicios a una red de clientes fidelizados por lo que obtiene beneficios regulares.
  • Synergie: Empresa de RR.HH. ofrece sus servicios a multinacionales desde 1969.
  • Groupe Critt: Empresa de empleo temporal focalizada en el sector industrial (automoción, agropecuario…) y servicios aeroportuarios.
  • EVS Broadcast: Operadora de video móvil proporciona servicios y equipos a las principales cadenas europeas desde hace más de 25 años.
  • Kapsch: Fabricante de soluciones para la gestión del tráfico inteligente ayuda a reducir el tráfico en los grandes centros urbanos y proporciona ingresos a las deficitarias cuentas públicas.
  • Continental AG: Los neumáticos es el componente menos cíclico de la automoción porque incluso cuando las ventas de automóviles caen, se siguen sustituyendo los neumáticos.
  • Exacompta Clairefontaine: Fabricante de elementos de papelería sigue ganando dinero incluso cuando las ventas del sector caen.
  • Manitou: Fabricante de vehículos para el transporte de material de construcción y agropecuarios desde hace más de 50 años.

Nogal Capital es ahora el compartimento de un fondo de inversión que ha evolucionado desde un proceso de inversión cuantitativo a uno cualitativo basado en el análisis de los negocios, de las ventajas competitivas, de los riesgos, de sus gestores, y con una valoración particular para cada empresa. Muchas de las empresas que inicialmente parecían baratas, ha resultado que estaban baratas por las razones adecuadas, modelos de negocio quebrados, casos graves de corrupción interna, resultados extraordinarios o demasiado endeudadas. Pero en otros casos he descubierto empresas que, aunque la bolsa cerrase durante los próximos cinco años, seguiría durmiendo tranquilo porque tanto el negocio como los gestores se merecen toda mi confianza.

No os puedo garantizar resultados ni rentabilidades, no lo he hecho nunca y no pienso hacerlo ahora. Lo único que sé es el trabajo que he hecho, todas las memorias anuales que he leído, inversores que he estudiado, y libros de economía que han pasado por mis manos. Sé que este negocio no es fácil, conseguir buenas rentabilidades requiere llevar la contraria al resto del mundo, a veces, durante muchos años. No me preocupa, mi única preocupación real es no invertir acorde a lo que pienso, no invertir en mis mejores ideas. Soy así y hasta ahora me ha dado buenos resultados.

Os deseo un feliz 2022, espero que el COVID, el Ómicron y los confinamientos se queden en cosa del pasado y volvamos a la normalidad, al “si estás malo, quédate en casa” y como mucho, que tengamos que llevar mascarilla en el supermercado.