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No sé en que momento han pasado quince años desde que empecé a ganarme la vida en los mercados financieros. Ha quedado atrás el sentimiento de ser un junior en el trabajo, he pasado de buscar trabajo a que me escriban pidiéndomelo, y sin saber muy bien porqué, la semana pasada un amigo profesor me pidió que fuese a hablarles a sus alumnos del club de inversión de la universidad dónde da clase.

Acepté sin dudarlo al reconocer el esfuerzo que estos estudiantes hacían al asistir todas las semanas a un club con la única motivación de ser mejores profesionales e inversores ya que como os podéis imaginar, es totalmente optativo.

Y aproveché la ocasión para reflexionar sobre mi vida como inversor. Os quiero compartir las ideas principales:

Empecé hablando de montañas, como era de esperar. La foto es del Aconcagua, desde Nido de Cóndores (5.550m), último campamento en el que hicimos noche antes de atacar la cima.

Con los años he descubierto que mis dos grandes pasiones se parecen más de lo que imaginaba:

  • Gestión de riesgo: son actividades de riesgo alto cuando no se comprende que se está haciendo, pero increíblemente enriquecedoras cuando se llevan a cabo correctamente. Warren Buffett siempre dice que el mayor riesgo es no saber que estás haciendo. Invertir, al igual que cuando vas a la montaña, si no tienes un plan, la experiencia y el equipo adecuado, mejor quédate en casa (o contrata un guía como he hecho en numerosas ocasiones).
  • Aspectos psicológicos: la toma de decisiones en entornos de riesgo y alta incertidumbre no es tan sencilla como hacerlo desde la comodidad del sofá de casa. Por otro lado, son habilidades que se entrenan y que se aprenden a gestionar cuando se está familiarizado con ellas (Sesgos cognitivos).
  • Trabajo duro: ambas actividades requieren mucho esfuerzo antes de ver resultados. Y aunque todos queremos ver rentabilidades y llegar a la cima cuanto antes, el objetivo real es el camino.

Aconcagua desde la Plaza de Mulas a 4.300m de altura y -20ºC. No os puedo describir la paz que se respiraba, pero subo montañas por momentos así.

 

El primer consejo fue que hicieran lo que hicieran, siempre lo hiciesen pensando en el largo plazo. La diferencia entre la suerte y la habilidad reside en la consistencia a largo plazo.

Es por todos conocidos la cantidad de deportistas profesionales que han amasado fortunas y las han perdido por no pensar en el futuro. O las personas que han ganado la lotería y al cabo de unos años son igual de pobres que antes.

 

El segundo consejo es una máxima que debe gobernar cualquier decisión de inversión. Básicamente es el margen de seguridad de Warren Buffett.

Siempre debemos comprar a precios excepcionales para vender a precios normales. Entender cuál es el precio normal no es fácil pero se consigue después de mucho análisis. El precio excepcional es el que nos permite conseguir rentabilidades extraordinarias mientras nos protege de nuestros errores, que siempre los hay (son parte del proceso).

También expliqué que los mercados no son tan eficientes como dicen porque llevo quince años encontrando ineficiencias y ganándome la vida con ellas.

El efecto Lindy nos dice que cuanto más tiempo lleva algo funcionando, más probabilidades tiene de perdurar en el tiempo.

Las ideas del Value Investing no son nuevas, hablan de ahorro, moderación, ecuanimidad, prudencia… son ideas que encontramos en las Meditaciones de Marco Aurelio escritas hace dos mil años.

También resulta especialmente interesante leer las biografías de grandes empresarios (siempre con un espíritu crítico). Acaban de publicar la lista Forbes 2023 y resulta que he leído 5 biografías de los 7 más ricos.

El último consejo fue que pensasen por ellos mismos.

La gente, los periódicos, los analistas, los economistas, todos hablamos y opinamos mucho pero muy poco respaldan sus palabras y sus acciones con el dinero de sus ahorros que tanto nos ha costado ganar. Para la mayoría de ellos equivocarse es gratis.

Hace años, los periódicos hacían de filtro y con más o menos éxito se jugaban su reputación y con ello su negocio. En tiempos de RR.SS. debemos hacer un esfuerzo adicional por seleccionar solo la información relevante y centrarnos en ella para formar nuestra opinión sin dejarnos llevar por el sensacionalismo de los titulares.

Además, dejarse llevar por lo que hace la mayoría ha provocado demasiados desastres según nos demuestra la historia. Pensemos.

Quise terminar recordando que el proceso lo es todo, aprender, entrenar, experimentar, sacar conclusiones y volver a empezar.

Así lo he estado haciendo durante estos quince años, y espero seguir haciéndolo durante los próximos cincuenta.

Última foto explicando como invertimos en Nogal Capital. Todas mis mejores ideas y mi experiencia puestas al servicio de nuestros ahorros, y el compromiso de seguir haciéndolo el resto de mi vida.

 

Rodrigo Cobos, CFA

Nogal Capital
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